La nueva administración tendrá el enorme desafío de implementar un plan de estabilización. Este proceso deberá estar acompañado de manera simultánea por un programa de transformaciones profundas que reoriente la estructura productiva, amplíe el horizonte de las decisiones económicas y facilite la recuperación de la actividad y la propia credibilidad del esfuerzo estabilizador.
Iniciaremos un plan de estabilización. El objetivo central es reducir drásticamente la inflación. Las y los argentinos tendremos una moneda nacional y una macroeconomía ordenada. Estas son condiciones imprescindibles para el crecimiento y la generación de trabajo.
Equilibrio fiscal primario. El déficit se eliminará con la reducción del gasto público consolidado. Pondremos el foco en terminar con privilegios y regímenes de excepción incompatibles con la situación del país y con el desarrollo. Impulsaremos una mayor coordinación federal de la política tributaria.
Haremos una reducción responsable de los impuestos compatible con el equilibrio fiscal. Será prioridad la reducción de impuestos distorsivos como ingresos brutos, los impuestos al trabajo y las retenciones.
Garantizaremos la independencia del Banco Central mediante una nueva Carta Orgánica. La prioridad de la autoridad monetaria será la estabilidad de los precios.
Terminaremos con los múltiples tipos de cambio y el cepo. Iremos a una rápida unificación del tipo de cambio.
La estabilidad macroeconómica es una condición indispensable para avanzar en un cambio estructural de la base productiva de la Argentina. Sin embargo, la estabilidad macroeconómica por sí sola no será suficiente para potenciar sectores clave, generar inversiones y un crecimiento sostenido del empleo privado formal. El fomento de las inversiones requiere una mirada abarcativa de las políticas de desarrollo productivo. Nuestra prioridad es crear empleo privado de calidad y lo haremos con estas acciones.
Quitaremos el peso del Estado sobre quienes producen. Avanzaremos en la eliminación de trabas y regulaciones, la simplificación del cumplimiento tributario, la digitalización de todos los trámites, registros, la recuperación de las SAS e impulsaremos la simplificación federal. Queremos que quienes inviertan se puedan enfocar en el desarrollo de sus negocios, consiguiendo nuevos clientes y mercados y agregando valor.
Para lograr el despegue de la economía en todo el suelo argentino, avanzaremos en un plan de transporte, infraestructura y telecomunicaciones que permita integrar y reducir los costos de logística.Queremos convertir a la Argentina en un país exportador. Para eso vamos a desburocratizar el comercio exterior, eliminaremos normas distorsivas y restricciones ocasionadas por la discrecionalidad de los funcionarios. Vamos a terminar con el esquema actual de comercio administrado que limita el acceso a bienes de capital e insumos que necesitan los sectores productivos, posibilitando la incorporación de tecnología y reduciendo costos innecesarios.
Combatiremos la informalidad laboral. Crearemos un nuevo régimen con protecciones sociales para incluir a los millones de trabajadores en la informalidad. Promoveremos la formación contínua de los trabajadores para darles las herramientas para los nuevos desafíos del mundo del trabajo.
Para lograr un desarrollo productivo federal avanzaremos en reformas específicas en los sectores estratégicos para el crecimiento de las exportaciones.
Eliminaremos las restricciones que detienen el potencial de la agroindustria y de las economías regionales, y mejoraremos la infraestructura y conectividad rural para aumentar la competitividad del sector.
Reorientaremos la inversión industrial para aumentar la productividad, el empleo y las exportaciones. Reforzaremos el desarrollo de proveedores en sectores estratégicos y apoyaremos la inversión en I+D para las PyMEs.
Impulsaremos una minería transparente, con altos estándares ambientales y beneficios sociales. Trabajaremos junto a las provincias para generar las condiciones necesarias que posibiliten el desarrollo sustentable del sector.
Mejorar la competitividad del sector energético será clave para asegurar el abastecimiento interno y el desarrollo de todos los sectores productivos. Potenciaremos la exploración y explotación de los hidrocarburos e impulsaremos con igual interés el desarrollo de la energía renovable y la transición energética de los sectores productivos.
Por último, proteger la sustentabilidad ambiental será un pilar transversal del desarrollo productivo. Debemos armonizar las estrategias de crecimiento económico con el uso sustentable del ambiente y sus recursos. El cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación son realidades globales a las que nuestro país no escapa. Las abordaremos con una estrategia climática de largo plazo para reducir emisiones, potenciando el flujo de financiamiento local e internacional para proyectos de acción climática, con planes de restauración, preservación y uso sostenible de la biodiversidad y una hoja de ruta clara de economía circular articulada con los sectores productivos y las provincias.
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